lunes, 8 de febrero de 2016

Hablando de: A vueltas con la romántica


Este es el mes del amor en la red (ya sabéis San Valentín y todo eso) y me he  topado hace unos días con una serie de recomendaciones de novela romántica (entre ellas, algunos de los llamados “clásicos del género romántico”)  que me han resultado un tanto chocantes.  Por esto he decidido escribir algo a propósito del tema.


Además de clasificar a Romeo y Julieta como  novela, lo que ya me dejó un tanto impresionada, se recomendaban como “clásicos del género romántico”: Orgullo y prejuicio y El amor en los tiempos del cólera.  Continué mi viaje por la red y en otro lugar, invitaban a los lectores de la mal llamada "novela rosa", aventurarse en la lectura de Las desventuras de el joven Werther de Goethe, novela encuadrada en un movimiento de características determinadas y que solo comparte con el género romántico la pasión amorosa.  Ahí ya decidí parar.

No soy una persona a la que se la pueda calificar de “purista” en lo que a literatura se refiere. De hecho, siempre he pensado que cuanto más se lea mejor, y que las “grandes mentes pensantes” de este mundo literario deberían abrir un poco la mano.  Pero también creo, que hay que saber lo que se lee, el momento en que fue escrito y su contexto  para poder disfrutarlo enteramente.  Y mas si hablamos de clásicos.

La historia de la Literatura está llena de grandes” historias de amor”, y no por ello forman parte del género que conocemos como novela romántica.  No podríamos calificar así títulos como: Doctor Zivago, Guerra y paz, Ana Karenina…u otros que, seguro, se nos vienen a la cabeza a todos.
 
Decir a un lector que Orgullo y prejuicio es novela romántica y ponerla al mismo nivel que otras de este género mas actuales, puede producir un efecto realmente nefasto cuando este se enfrente a un texto que no tiene ni el mismo lenguaje, ni el mismo tipo de personajes (psicología) , desarrollo de trama o escenas.  Se podría hablar de ella como precedente, si acaso, y siempre teniendo en cuenta la época en la que fue escrita y los modos que entonces se daban.  De esta manera, podríamos disfrutar de los libros de Austen como algo mas que meras historias de amor.

El género romántico contemporáneo (ese que podemos situar a partir de los años 60 del siglo pasado) posee de por si  nombres de una calidad suficiente, como para hacerse valer.  Solo hay que bucear un poquito en el, haber leído novelas de unos años atrás, para encontrarse con:








-Autores: K. Woodiwiss, Mary Jo Putney,  Judith McNaught, Lisa Kleypas,  Lavyrle Spencer, Julie Garwood, Laura Lee Guhrke, Karen Robards, Sandra Brown, Mary Balogh, Linda Howard, Kat Martin, Sherrilyn Kenyon, Gaelen Foley…












-Títulos: Amantes y enemigos (primer libro de una estupenda trilogía) de Heather Graham, Paraíso robado de Judith McNaught, Cenizas al viento de Kathleen Woodiwiss, Tormenta de pasiones de Mary Jo Putney, El secreto de una dama de Nora Roberts,  trilogía Caballo de fuego de Florencia Bonelli, Maravilla de Lavyrle Spencer, El señor de los lobos de Heather Graham, El ángel negro de Nieves Hidalgo…
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Entre estos y otros muchos, están esas grandes que, con su narración, personajes, documentación y buen hacer, han logrado que este género sea uno de los más queridos entre muchos lectores.  Y estaría bien, que algunas de esas nuevas lectoras  (y  también algunas nuevas escritoras) se interesaran un poco  en conocer estas novelas, ver cómo han ido evolucionando, en algunas cosas para bien y en otras no tanto, y  así poder encontrar esos referentes, o “clásicos”, de la novela romántica.

Quizá, conociendo o reencontrándonos con estas historias y aprendiendo de ellas, podamos encaminar un género que, en los últimos tiempos, parece un tanto perdido en ocasiones.

Estantes de papel