jueves, 16 de febrero de 2017

R.A. 2017: Tanto potencial…



No soy mucho de congresos, multitudes, ni actos sociales, todas esas cosas me aturullan y cansan.  Quizá por eso, no he ido antes al R.A. pero este año se juntaron distintos factores y me decidí a acudir.

Es cierto, que había escuchado opiniones distintas con respecto a lo que me podría encontrar, tanto buenas como malas.  Pero siempre soy de la opinión de que, hasta que no ves o pruebas algo es mejor no opinar.  Ahora sí, se puede decir que por lo menos del que yo he vivido, puedo dar mi opinión (que no pretendo sea universal).  Procuraré ser lo más esquemática y clara posible dejando el tema de la organización para el final.

Antes de empezar dejar dos cosas claras.  Esta crónica va del evento en sí, no de lo bien que me sentí al ver a autoras, a amigas a las que no puedo ver de otro modo, de lo bien que me lo pasé tomando café o en la comida. Y dejar claro que el viernes, por temas personales, no pude ir así que ese día para mí está en blanco.  Otras darán su opinión.

Vamos con el sábado:

La cosa empezaba más o menos bien, el sitio no estaba mal, nos podíamos mover bien y entrabamos sin problemas.  Pero llegó la primera decepción.  Aunque se sabía que Elisabet Benavent haría la presentación en vídeo, este apenas llegó a los 27 segundos (¿27?)  eso sí, muy cumplido todo.  No se, para mi fue como decepcionante y para “pasar el trámite”.

-La primera mesa Comunicamos, con unos ponentes que la hicieron realmente amena y de los que no puedo decir nada negativo en realidad, estaba muy enfocado a escritores (como por otra parte es lógico).  Se habló de sobre-saturación de spam, algo de lo que nos hemos quejado muchos y por lo que nos hemos salido de muchos grupos y hemos dejado de seguir a muchos autores por tuiter para que nos dejen de dar la brasa con tanto “mi libro, mi libro”.  
Me gustó que se hablara, aunque de forma demasiado breve debido a la falta de tiempo, de las opciones que tenían aquellos que no usaban las redes sociales (hablo de bibliotecas, clubs de lectura, librerías, cafés literarios, etc). 
Para mi, esta fue una de las mejores mesas, pese a olvidar a los lectores y la relación blog- escritor a veces tan conflictiva y difícil.

Mesa Comunicamos

-Con la segunda llegó el tema de Estilismos en la Novela Romántica.  ¿En serio hablaron de eso? Creo que me lo debí perder.  
La presencia de Cristina Rodríguez (estilista, actriz y presentadora de t.v) hacía el tema interesante.  Ha estado nominada a  los Goya cinco veces (este año por la premiada Tarde para la ira y por No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas) así que de vestuario sabe lo suyo.  Escuchando a esta mujer hablar, en algunos momentos me imaginaba  lo que habría sido si realmente se hubiera hablado de estilismo y ropa en la novela romántica.  En toda la novela romántica.  
Todas sabemos que no es lo mismo la ropa en la Edad Media, en la Regencia, en el siglo XVIII en Inglaterra que en España, en los años 40 en nuestro país que en EEUU. Habría sido interesante conocer la opinión de una profesional del tema y ver cómo se manejan autoras para documentarse y ser lo más fieles posible.
Pero no, todo derivó hacia un feminismo erótico hablando del empoderamiento de la mujer (cómo odio esa palabra).  No se hablaba de la Novela Romántica, se hablaba de la Romántica Erótica sobre todo.  De cómo la mujer seduce, de cómo ser o hacerla sexy.
¿Era ese el título de la ponencia? Me da a mi que no y lo siento, me sentí totalmente engañada por las ponentes.  Me da igual que una escribiera un libro maravilloso sobre la India, eso no era lo ponía en el programa.
Dentro de que en algunos momentos fuera divertido, por lo ágil de la presentadora de t.v y estilista,  para mi fue una pena por la pérdida de información interesante que podría haber salido de ahí.

-La tercera mesa de la mañana La voz de los Lectores, pretendía dar voz a ese grupo tan importante, pero tuvo un gran error.  Entre sus ponentes había una escritora que habló en todo momento como autora, no como lectora y ese no era el tema.  La ponente no iba  allí a contar como escribe, ni cómo eran sus personajes, si había escrito novelas con tríos o no, si llevaba dos, una , seis o tres novelas. Iba allí a contar lo que leía, cómo leía, lo que le gustaba, cómo veía el panorama editorial y si la calidad era mala.  Si no se veía capaz de hacerlo no tenía que haber subido.
Por lo demás, la mesa tuvo las preguntas comunes: “¿qué le pedís a una novela romántica?” “¿qué es un final feliz?” (aquí por supuesto, salió Jojo Moyes, la novela Sentimental y la eterna discusión…).   Se habló también de la calidad de las novelas desde el punto de vista del lector sin llegar a un punto demasiado claro y sin saber exactamente si la causa de la baja calidad de algunas publicaciones era debido a las editoriales, a la demanda o a los hados.
En fin, una mesa sin demasiadas soluciones, donde se criticó a las editoriales y donde quedo claro que aun persiste la duda entre Lector cero, Lector editorial, Correcto ortotipográfico y Corrector de estilo.  
De nuevo, una decepción.

-La tarde comenzó con Mas allá de la escritura con la autora Paloma Sánchez-Garnica, autora de libros como La sonata del silencio cuya adaptación fue emitida por TVE a finales del año pasado. 
He de confesar que no he leído ninguno de sus libros y que la adaptación no me gustó nada de nada por el excesivo drama, pero la escritora me pareció una mujer interesante.  
Me gusta cuando una autor habla de su trabajo y experiencia de manera comedida y honesta, sin ese ego (que todos tienen) que parece que inunda todo.
Quizá el punto fuerte del día.

Mesa Estilismos en la Novela Romántica

-La última mesa trataba de La situación actual de la Novela Romántica y de nuevo tocamos pared.  Una mesa donde se dice que todo es genial, donde se lleva a autoras que ganan premios, o son semi-finalistas, que son reseñadas en blogs y tienen repercusión.
No hay ningún editor, ningún auto-editado, ningún autor que lleve con una novela parada un año en editorial a la espera que salga o ver qué se hace con ella, no se habla de problemas con contratos, de las cifras de Amazon, del problema de ese consumo rápido que crea autores fugaces, de la casi nula presencia de ciertos géneros… Nada, allí todo es fantástico. 
Tampoco nadie hace referencia a la mala calidad del género y no me refiero solo a faltas, me refiero a falta de ideas, a tramas iguales, a modas, a tipos parecidos de personajes. 
Todas dicen que ellas no se fijan en el mercado, pero resulta curioso que cuando se vende actual con mujeres de una determinada manera, la mayoría de los libros tienen ese estereotipo; o si se venden vampiros, salen vampiros; o si se venden moteros, salen moteros.  Si nadie mira las ventas, entonces qué pasa ¿está en el agua?
Esta no fue una decepción, ya que esperaba algo así. 

-Organización y conclusiones

En cuanto a la organización como tal, el sitio me resultó agradable, las bolsitas curiosas, se podía preguntar con bastante facilidad, las mesas con los libros para comprar estaba bien… Todo eso fue correcto, por lo menos es lo que hay en este tipo de cosas.

Ahora, ponentes y temas.  Como ya he comentado, las mesas no respondieron, para mi, a lo esperado por el tema que planteaban. ¿Es eso culpa de la organización? Parte sí, parte no.  La organización elige a los ponentes está claro, y tiene que saber si estos son buenos comunicadores o no.  Pero también estos han de prepararse bien los temas, no ir solo a promocionarse, a vender sus novelas, saber que no solo hay lectores de un género, que la Romántica es amplia.  Ahora, que si la organización les ha pautado o limitado lo que decir o de que géneros hablar, ahí me callo.  
En cualquier caso, un ponente al que se le pide que haga una exposición o prepare algo, tiene una responsabilidad.   No solo representa a la persona que se lo encarga, organización o tema del que habla, se representa a sí mismo y solo por eso, debería hacerlo de una forma mas consciente y cuidada.

En conclusión.  Para mi este RA ha sido la confirmación de que estos eventos están llenos de egos mal entendidos, de autores que han olvidado ser lectores, de lectores que muchas veces nos podemos sentir fuera si nos somos fanáticos del género, o tenemos un arco de lectura mas amplio.

Una pérdida de potencial de algo que, pudiendo dar mucho, se ha quedado a medio gas.  Solo desearía que los ponentes realmente, cuando fueran allí la próxima vez, hablaran del género, de la experiencia de escribir, de leer, y no de lo bien o mal que ellos lo hacen.  Sería refrescante.

Estantes de papel