jueves, 26 de marzo de 2015

Mis tesoros (I): Novelas de Chick-lit


Hoy 26 de Marzo, sale a la venta la última novela de Marian Keyes  "Mi karma y yo", ¡qué ganas le tengo!...   Y por este motivo ,quiero hacer un recorrido, no solo  por mis tesoros, sino por un  género, el “chick-lit”, tan mal considerado en muchas ocasiones.
 Como muchas personas, comencé en este género al calor de “El diario de Bridget Jones”(en una edición bastante fea, por cierto) y luego ya no pude parar.  La mayoría eran historias con protagonistas cercanas a la treintena que no sabían muy bien cómo enfocar su vida, tanto personalmente como en el ámbito laboral.  Pero también veíamos a grupos de amigos y cómo se relacionaban entre ellos, las reuniones en bares han dado escenas maravillosas.


De aquella tenemos ya clásicos como “La fiesta de Ralph”, “Finalmente juntos”, “Juntos nada más”, “Treinta y cero”, “Líos libros y más líos”… y autores como Lisa Llewell, Jane Green, Robyn Sisman, Meg Cabot y otros muchos. 

Aquí tenéis una muestra de mis tesoros

Y llegaron ellas, las reinas, tan opuestas la una a la otra como nadie pueda imaginar.  Algunos, incluso dudan que las dos puedan meterse en el mismo cajón.  Cualquiera que se haya leído “Helen no puede dormir” de Marian Keyes, se preguntará que tiene en común con “Una chica años veinte de Sophie Kinsella (lo siento, aun me falta por leer su último libro publicado en nuestro país).  Son dos estilos  completamente distintos,  la ironía y el humor enfrentado a lo naif y la vitalidad.
Pero ¿Quién dice que lo chick-lit solo es una cosa? Ambas tienen un punto en común, el humor como arma, como filtro para afrontar lo feo de la realidad.  En “ Un tipo encantador” de Keyes nos podíamos mondar de risa gracias a los momentos que nos proporcionaban los vecinos aficionados al travestismo de una de las protagonistas, mientras en realidad el libro trataba un tema realmente duro.  En la serie “Loca por las compras” podemos reírnos con una mujer que realmente tiene un problema, y que ciertamente se puede encontrar una crítica muy suave a esta sociedad consumista y fría.

Ultimamente, por desgracia, algunas novelas han perdido algo de esa magia.  Me encuentro con historias de un humor un tanto dudoso  y con unos personajes que ya no tienen fondo.  Es como si se siguiera una fórmula prefijada y ya con eso se cumpliera un expediente.  El humor debe tener un alma detrás, un fondo que lo justifique, una historia más o menos sólida.  Muchos de mis tesoros, son novelas de finales fáciles que buscan complacer al lector, pero por lo menos antes ha habido un desarrollo.  Sabes perfectamente cómo va a terminar “Dream Street, 31” de Lisa Jewell,  pero el desarrollo de los personajes te lleva a encariñarte de unos y entender a otros.  Son cosas que se deberían cuidar un poco más también en este estilo de novelas, aunque se consideren de consumo rápido o menores. En fin, que el chick-lit es mucho más
Y mientras que espero a que vuelvan a publicarse novelas tan buenas como muchos de mis tesoros, ellos permanecen  en su estante, seguros de que  cuando los revisite me reiré  con ellos como el primer día.