lunes, 14 de septiembre de 2015

Reseña: Diez negritos de Agatha Christie







Título: Diez negritos
Autor: Agatha Christie
Editorial: Molino (1989)
Páginas: 223

Sinopsis

Diez personas sin relación alguna entre sí son reunidas en un misterioso islote de la costa inglesa por un tal Mr. Owen, propietario de una lujosa mansión en el lugar a la par que un perfecto desconocido para todos sus invitados. Tras la primera cena, y sin haber conocido aún a su anfitrión, los diez comensales son acusados mediante una grabación de haber cometido un crimen. Uno por uno, a partir de ese momento, comienzan a ser asesinados sin explicación ni motivo aparente. Sólo una vieja canción infantil parece encerrar el misterio de una creciente pesadilla.


Opinión

Isla de Burgh.  Se dice que la autora escribió aquí el libro
Esta es una de esas novelas que ha andado por mi casa durante años, pero es ahora tras escuchar el anuncio de la nueva adaptación, cuando decido leerla.  De Aghatha Chistie había leído otras novelas, algunas más conocidas y otra menos, pero esta no.  Es curioso, ya que “Diez negritos” es una de las más nombradas al hablar de la “reina del suspense”.
Lo bueno que ha tenido esta lectura es, que no recordaba ninguna de las adaptaciones previas, aunque estoy segura de haberlas visto ya que en mi casa se solían ver.  Así que, se puede decir que la historia pese a la trama conocida, me ha pillado de nuevas.



Tenemos a diez personas que son convocadas a pasar unos días en una isla por un misterioso matrimonio.  Las razones para acudir son distintas en cada caso, y los “anzuelos” usados para que estas personas acudan, bastante hábiles.  Así que estas diez personas se encuentran en un lugar apartado de la costa, rodeados de extraños y siendo testigos de sucesos para nada tranquilizadores.  Mientras mueren a ritmo de una nana, unas figuritas van desapareciendo misteriosamente.  Resulta curioso como un número bastante grande de las novelas de la autora estuvieron inspiradas en estas inocentes cancioncillas.

“Diez negritos se fueron a cenar.
Uno de ellos se asfixió y quedaron
Nueve.
Nueve negritos trasnocharon mucho.
Uno de ellos no se pudo despertar y quedaron
Ocho.
Ocho negritos viajaron por el Devon.
Uno de ellos se escapó y quedaron
Siete.
Siete negritos cortaron leña con un hacha.
Uno de ellos se cortó en dos y quedaron
Seis.
Seis negritos jugaron con una avispa.
A uno de ellos le picó y quedaron
Cinco.
Cinco negritos estudiaron derecho.
Uno de ellos se doctoró y quedaron
Cuatro.
Cuatro negritos fueron a nadar.
Uno de ellos se ahogó y quedaron
Tres.
Tres negritos se pasearon por el Zoológico.
Un oso les atacó y quedaron
Dos.
Dos negritos se sentaron a tomar el sol.
Uno de ellos se quemó y quedó nada más que
Uno.
Un negrito se encontraba solo.
Y se ahorcó y no quedó…
¡Ninguno!”


La autora nos presenta al comienzo del libro a cada personaje, exponiendo los diferentes motivos para estar allí.  De este modo, el lector tiene esta pequeña ventaja sobre los personajes, pero esto no evita su sorpresa ante ciertos acontecimientos.  Cuando durante la cena, una voz va relatando los delitos de los que acusa a cada invitado, no puede evitar sorprenderse al igual que estos.  Desde ese momento somos testigos de cómo funciona el pensamiento humano, de la capacidad de negar las culpas y escudarse en diferentes cosas.  Esto último es lo que más me ha gustado de la novela, me ha parecido un interesante estudio de diez personas de comportamientos distintos, con maneras distintas de enfrentarse a una situación.
“Diez negritos” puede carecer de la cantidad de sangre o distintos efectos más o menos crudos que ahora abundan en otras novelas, pero la manera de tratar a los personajes y de analizar sus palabras y actos, es lo que la hace tan especial.

Ha sido una muy buena lectura que me ha recordado el motivo de mi gusto por las novelas de suspense.
Estantes de papel