lunes, 16 de enero de 2017

Reseña: Lo que escondían sus ojos de Nieves Herrero





Título: Lo que escondían sus ojos
Autor: Nieves Herrero
Editorial: La Esfera de los Libros
Num pags: 672
Género: Narrativa

Sinopsis
Una noche otoñal de 1940, la alta sociedad se divierte en una brillante fiesta en el hotel Ritz de Madrid. Hace más de un año que ha terminado la guerra y aristócratas y nuevos jerarcas del régimen ansían distraerse y lucir sus mejores galas, ajenos a las penurias del resto de los españoles. Una mujer destaca por encima de todas: alta, rubia y con un vestido de su modisto y amigo Balenciaga, su belleza no tiene rival; es Sonsoles de Icaza, esposa del marqués de Llanzol. De pronto, su mirada se cruza con la del hombre del momento: el flamante nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Súñer. Ambos destacan como faros entre la multitud que les rodea y su irresistible atracción será, desde ese momento, inevitable.
En un país devastado y en un ambiente de falsa neutralidad, con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo, y los nazis y aliados buscando el apoyo de España y del todopoderoso «cuñadísimo» de Franco, la marquesa y Serrano Súñer vivieron una pasión clandestina. Un amor prohibido que dio su fruto con el nacimiento de una niña: Carmen Díez de Rivera, figura de enorme trascendencia treinta años después durante la Transición. Aunque su padre nunca la reconoció legalmente, el escándalo fue tal que le apartó del gobierno para siempre y ambas familias ocultaron el asunto como si nunca hubiera existido.
Lo que escondían sus ojos encierra el secreto mejor guardado por la alta sociedad española. Hoy sus protagonistas vuelven a cobrar vida de forma novelada gracias a Nieves Herrero, una escritora capaz de adentrarse como nadie en el alma y la ambición de un hombre y una mujer, y que no podía permitir que el paso del tiempo los olvidara para siempre.

Opinión

Comencé a leer la novela ante los comentarios que aseguraban que era mejor que la serie, algo que por otra parte tampoco podría ser muy complicado y aunque me ha resultado entretenida en ocasiones, he de decir que he tenido verdaderos problemas con un personaje femenino principal con el que  no he conectado ni de lejos.
También cuando lo comencé comenté un poco a chufla, que así completaba un triplete de libros de la época: El tiempo entre costuras, Un jardín al norte y este, viendo al final cual salía ganador.  Una vez leídos los tres, no puedo compararlos sin más, no sería justo ya que los tonos son distintos (uno incluso es totalmente ficción mientras que los otros dos no) y cada cual da cosas diferentes al lector. Pero si tengo claro que en la lectura este ha sido el que mas me ha costado. 

Antes de seguir con la reseña quiero dejar clara una cosa, sobre todo debido al revuelo causado por la serie. Soy de las personas a las que no molesta que se lleve a la ficción la historia de amor entre estas dos personas, o la de alguien perteneciente a un régimen como fue el franquista.  Lo que sí me molesta es, que durante cuarenta años en nuestra educación  se obviara mas de medio siglo de la historia española del siglo XX.  Esto hace que muchas personas no conozcan los nombres de muchos de los que son causantes del devenir de nuestro pasado y presente, y por lo tanto tampoco los actos.  Eso, mas que una serie o un libro, es lo que me preocupa.

Volviendo al tema, la serie me pareció cuando la vi, un producto frío, artificial, algo así como una caja de bombones muy bonita pero medio vacía.  Las interpretaciones principales no transmitían nada y vale, que la condesa de Llanzol ya en la novela, no se puede decir que sea el epítome del sentimiento mas allá del calentón, pero es que  en la serie no la veía sentir por nadie.  En cuanto al resto de actores, la serie la salvaban los secundarios, benditos secundarios los de este país que salvan proyectos a veces insalvables. Y este, a mi humilde entender, no es mas que un producto bastante flojo, lleno de bonitos vestidos, maquillaje para lucirse, alguna que otra imagen bonita,  pero que no va mas allá del consumo fácil.

Eso criticado por muchos en la serie; el no reflejo de la realidad social de un pueblo muerto de hambre y a perseguido en ocasiones por esa sociedad, en la que se desarrolla gran parte de la acción, aparece un poco mas en el libro.

En la novela se dan datos de detenidos, se hace referencia al hambre en las calles, a las cartillas, algunos personajes son un leve reflejo de la situación de enfermedad a causa de la precariedad en la  que se vivía mas allá de los salones (esto lo vemos sobre todo a la mujer que acompaña permanentemente a la condesa).  Pero el lector tiene que tener en cuenta de que esta novela es una novela narrada desde el mundo de los ganadores, de aquellos que viven en salones de lujo, que pedían hora en la peluquería mientras su servicio se preocupaba por la vida de su familia en el pueblo.  Un mundo que existía, no nos engañemos y que siempre permanecía un poco al margen de lo demás.

Hay una escena que es muy descriptiva y que me llegó al alma cuando la leí.  Para la condesa, cuando regresó a su casa tras la guerra, el comprobar que todo estaba bien,  que los que habían ocupado su casa no habían acabado ella del todo fue un alivio (pese a que quedaba un ligero olor a establo, algo que alguien le hizo notar sin ningún pudor).  No olvidaba el trauma que la supuso el tener que dejarlo todo e ir al Ritz.  Entendiendo que para una persona criada con cierto acomodo eso es un trauma,  pero no puedo evitar pensar, en todos aquellos para los que perder su casa significaba en aquella época, quedarse en la calle, sin dinero y a veces sin comida.  Y en aquellos, cuyo problema no era perder un título (como temió el propio marido de la duquesa), sino una dirección, la familia, la posibilidad de ser algo cuando todo eso pasara.

A partir de ahí, sobre todo, decidí leer el libro pensando desde qué lado estaba contado y así pude hacerlo ya sin tanto problema.  Pese a esto, en ningún momento pude empatizar con el personaje femenino.  Mas  allá de su estatus, me parecía un personaje egoísta, incapaz de sentir verdadero afecto, de pensar en alguien mas allá de si misma y no podía entender, cómo alguien así podía ser admirada, o considerada independiente, o adelantada a su época (¿lo era por ser musa de Balenciaga, por ser la primera mujer que condujo un coche (o eso dicen), por llevar vestidos bonitos?...).  Llamadme tonta, pero siempre he creído que la verdadera independencia consiste también en no hacer daño a los demás y eso realmente, es lo admirable.

Por lo demás, Nieves Herrero es una muy hábil narradora que sabe combinar lo histórico con la historia de amor.  Aunque esta última ha quedado un tanto empalagosa y con frases bastante irreales.  Para mi, que soy lectora de novela romántica desde hace años, hay momentos en los que me ha hecho sonrojar de lo ridículo que he sentido algunos diálogos.

Del personaje de Suñer  prefiero no opinar.  La historia está para juzgar a cada cual.  La novela se centra en su historia de amor y como digo, es un libro narrado desde un punto de vista determinado y cuenta hechos muy interesantes estando además, bien documentado.  Yo no soy experta en esa parte de nuestra historia, por lo tanto quiero ser lo mas respetuosa con el tema posible,  ya otros dirán si faltan datos o no.


¿Lo recomiendo? Siempre he pensado que es bueno y necesario leer los dos lados de la historia, no hace mal a nadie y en muchos momentos puede ser entretenido.  Eso sí, si no eres especialmente romántico mejor que no.
Estantes de papel