Título: Donde siempre es Otoño
Autor: Ángeles Ibirika
Editorial: Booket
Num pags: 478
Sinopsis
Como cada otoño, Ian O´Connell, afamado escritor de novelas
de amor, se aísla en su apartado refugio de Crystal Lake para escribir su nuevo
éxito. En su desesperada búsqueda de la inspiración que por primera vez le ha
abandonado, encontrará a Elizabeth Salaya. En ese entorno idílico, mientras la
va convirtiendo en la protagonista de su novela, el amor comenzará a
entretejerse entre los dos sin que él sea consciente. Un amor que nunca creyó
que existiera más allá de los libros, y que, junto al gran secreto que esconde
Elizabeth y por el que intentará alejarlo de su lado, le harán dudar de todo lo
que hasta entonces había creído firmemente.
En la hirviente Manhattan, envuelta en el ardor de los
candidatos en plena carrera hacia la Casa Blanca, los caminos de Ian y
Elizabeth volverán a cruzarse. Pero en medio de intrigas, ambiciones y cadenas
de favores que amenazan con tambalear los cimientos de la alta sociedad
neoyorquina, será enfrentarse a sus sentimientos y miedos lo que cambie sus
vidas para siempre
Opinión
Está claro que Ángeles Ibirika es una de las escritoras más
importantes dentro de la novela romántica de nuestro país, por eso resulta
raro que haya tardado tanto en leer un libro suyo. Aunque me temo que no
he escogido el mejor.
Siguiendo con mi reto de pendientes y para poner también arreglo a tal despropósito, en febrero decidí leer “Donde siempre es Otoño”. Vamos a dejarlo en que la experiencia no ha sido lo que esperaba.
Siguiendo con mi reto de pendientes y para poner también arreglo a tal despropósito, en febrero decidí leer “Donde siempre es Otoño”. Vamos a dejarlo en que la experiencia no ha sido lo que esperaba.
Estamos ante una historia de amor de esas dramáticas a mas
no poder, donde el amor duele, es cruel, cuesta trabajo lograrlo y deja
víctimas por el camino. No se si la clasificaría
como sentimental en algún momento dado.
El comienzo de la novela es bonito, la
manera en que ambos protagonistas se conocen, como él se queda prendado de esa
mujer que adivina en la bruma y le intriga, la manera en la que ella le esquiva... Ese juego de gato y ratón que se traen, es descrito por la escritora con esa delicadeza de sentimientos que se hace agradable. Pero según el libro avanza he
empezado a tener problemas.
Vamos con
los personajes:
Ian, es un escritor de novelas románticas a punto de casarse
con una chica que podría considerarse perfecta y que le adora.
Casi toda la novela está centrada en él, o por lo menos es el personaje que mejor está dibujado, resultando en un principio, un ser egoísta, mujeriego y ciertamente insoportable. Mientras leía la novela, no podía evitar sentir que gran parte de la fijación amorosa que este personaje siente por Elisabeth es producto del rechazo de ella, algo que pocas veces ha experimentado. Es cierto que Ian evoluciona, pero no he llegado a ver una pérdida total de ese carácter egocéntrico de las primeras páginas hasta casi el final, y para mi ya era muy tarde
Casi toda la novela está centrada en él, o por lo menos es el personaje que mejor está dibujado, resultando en un principio, un ser egoísta, mujeriego y ciertamente insoportable. Mientras leía la novela, no podía evitar sentir que gran parte de la fijación amorosa que este personaje siente por Elisabeth es producto del rechazo de ella, algo que pocas veces ha experimentado. Es cierto que Ian evoluciona, pero no he llegado a ver una pérdida total de ese carácter egocéntrico de las primeras páginas hasta casi el final, y para mi ya era muy tarde
Elizabeth, una mujer misteriosa, de la que no se nos cuenta
demasiado. Según leemos vemos cosas de su
vida, de sus relaciones, de cómo estas influyen en la trama, pero de ella como
persona no sabemos casi nada. Me he
encontrado con un personaje plano, que me ha dejado bastante indiferente y debido a esto, no he logrado entender esa fascinación de Ian por ella más allá
de su belleza.
Audrey, prometida de Ian, una mujer básicamente buena, educada para casarse y ser la perfecta esposa de clase alta. Un personaje del que se poco, pero llego a
conocer un poco mas que a Elizabeth, algo que no deja de ser curioso.
Junto a estos principales, tenemos a otros
secundarios que juegan papeles muy importantes dentro de la trama: Stephen, candidato a la
Casa Blanca y que forma parte de la vida de Elizabeth de una forma muy
importante, o Edgar, el mejor amigo de Ian y un gran confidente que le apoyará
en más de una ocasión.
No puedo decir que la novela no me haya gustado, ya que pese
al problema que he tenido con los personajes he seguido leyéndola hasta el
final. La manera de narrar de la autora
llena de realismo, muy lejos en algunos momentos de la imagen que tenemos de novela
romántica, es lo que ha evitado que dejara la novela abandonada en la página
80. Tampoco afirmo que sea de mis
favoritas, ya que está muy lejos de serlo.
Aplaudo el elegir un personaje antipático y llevarlo así hasta el final,
sin traicionar su esencia. Pero no puedo con la falta de profundidad de
Elizabeth, ni con el uso dramático al final de la novela.
La manera de narrar de Ángeles Ibrika, dejando a un lado los
peros anteriores, me ha sorprendido muy gratamente. Sus diálogos son creíbles, su lenguaje
elegante y fácil para el lector, logrando que pasar las páginas no sea algo
pesado. La ambientación me ha resultado
agradable, no se pierde en detalles que no llevan a nada.
Y sí, pese a todo consigue que la historia me interese aunque quiera matar a mas de un personaje y sienta, en ocasiones, que las cosas se le han escapado un poco de las manos.
Y sí, pese a todo consigue que la historia me interese aunque quiera matar a mas de un personaje y sienta, en ocasiones, que las cosas se le han escapado un poco de las manos.
Desde luego pienso leer otros libros suyos a la espera de
tener más suerte con los personajes.