Título: El secreto de Christine (Quirke 1)
Autor: Benjamin Black
Editorial: Alfaguara
Num pags: 392
Sinopsis
Dublín, años cincuenta. En un depósito de cadáveres, una
turbia trama de secretos familiares y organizaciones clandestinas comienza a
desvelarse tras el hallazgo de un cuerpo que nunca tendría que haber estado
allí. Una oscura conspiración que abarca ambos lados del Altántico y que acaba
envolviendo en un siniestro abrazo, inesperadamente, la vida misma de todos los
protagonistas.
Opinión
Llevaba tiempo queriendo leer algo de este autor, ya fuera
como John Banville o como Benjamin
Black, al final la llamada de la novela negra ha decidido. Ahora, gracias al reto de Irlanda, he tenido la
oportunidad.
En El secreto de Christine, el autor nos lleva por las
calles de un Dublín bastante oscuro, lleno de esa moral de una época en la que
había que guardar los secretos vergonzantes, donde los católicos y protestantes
jamás se mezclaban y los poderosos echaban mano de matones.
Estamos ante la primera novela de una serie y eso se
nota en cierta medida. El autor se toma
su tiempo en presentar al que será el protagonista de la misma, Quirke, un patólogo forense
de pasado duro y carácter propio del género.
El caso, profundamente
ligado al entorno del protagonista, ayuda a esta presentación y además, nos lleva de la mano para adentrarnos
en ambientes no solo de Dublin, sino también de la lejana Boston. Aunque ya sabemos todos que EEUU, en cierto
modo, siempre ha sido casa de muchos irlandeses.
Desde el primer capítulo me ha enganchado la trama. Ese comienzo
aparentemente lento, sin demasiada agitación pero con un gran significado, que
poco a poco va dando sentido la trama y cercando a todos los personajes, me ha
resultado muy interesante y atrayente.
No estamos ante una novela con un ritmo trepidante, su narración es pausada, descriptiva, reflexiva. En El
secreto de Christine, importa conocer a los personajes, sus vidas, sus
miserias, caracteres, pasados, presentes y motivaciones. Del mismo modo importan los distintos
ambientes de clase, ya que la novela se mueve entre el poder y la miseria. Es cierto, que en algunos momentos se puede hacer un poco pesada precisamente por esa lentitud y precisión en los detalles, pero al mismo tiempo, el retrato que hace de los personajes y las circunstancias es lo que mas me ha llenado.
Quirke no es
especialmente valiente, ni activo, no es de esos que llaman por su gran
atractivo. Es un hombre criado en un
orfanato y recogido por una familia a la que le debe mucho y lo sabe. Un amor frustrado rige su vida, además de
una mujer que ya no está. Como todo
personaje de novela negra, el amor no es su fuerte y los bares, su
refugio. Es en estos bares, donde
conocemos a gente un tanto pintoresca de ese Dublín canalla y sucio que tan bien
retrata el autor. (La imagen pertenece a la miniserie de 2014 de 3 capítulos con Gabriel Byrne como Quirke)
Mal, es ginecólogo y compañero en el hospital. Ambos se criaron juntos, ya que es hijo del
hombre que acogió a Quirke, y mantienen una relación un tanto complicada. Como ginecólogo del hospital, su implicación en el caso será relevante. La mujer de Mal es “algo más” en la vida de Quirke y Sophie, la hija de estos, juega un papel
importante en esta tensa relación. Desde luego, es un tablero de relaciones familiares francamente interesante el que se nos presenta.
Juez Griffin, padre de Mal.
Un hombre poderoso de gran carácter, tiene mucho cariño a Quirke y es
consciente de las limitaciones de su hijo.
Al mismo tiempo sabe qué cualquier fallo es nefasto de cara a la
sociedad en la que viven.
Christine, su cadáver
aparece una noche en la que Quirke está borracho. Una mujer joven, de pelo rubio teñido cuyo
informe de defunción esta falseado y que dará lugar al descubrimiento de muchas
mentiras, más de las que Quirke hubiera pensado.
Los secundarios son muchos y variados, pero todos tienen su sitio y su razón de ser.
Benjamin Black no da puntadas sin hilo presentándonos matrimonios insatisfechos, adopciones dudosas, poder tramposo, amores truncados, odios religiosos... Una novela que algunos dudan en calificar de negra debido a su ritmo, pero que para mi claramente lo es por sus ambientes.
Benjamin Black no da puntadas sin hilo presentándonos matrimonios insatisfechos, adopciones dudosas, poder tramposo, amores truncados, odios religiosos... Una novela que algunos dudan en calificar de negra debido a su ritmo, pero que para mi claramente lo es por sus ambientes.
"El secreto de Christine" me ha tenido
enganchada gracias a su personaje principal, sus ambientes, trama... y aunque haya echado de menos un poco de acción, no voy a mentir en eso, seguiré con
la serie.