lunes, 15 de agosto de 2016

Reseña: Flores para la señora Harris de Paul Gallico





Título: Flores para la señora Harris
Autor: Paul Gallico
Editorial: Alba
Colección: Rara Avis
Num pags: 168

Sinopsis
La señora Harris, una viuda de cierta edad que se dedica a limpiar casas de la clase alta londinense, descubre un buen día, en el armario de una de sus más ricas clientes, un par de vestidos de Dior que la dejan cautivada. Contra todo pronóstico, decide que ella quiere −necesita− uno de esos vestidos, aunque nunca vaya a tener ocasión de llevarlo. Cuando se entera del precio, en lugar de desistir, empieza a ahorrar para alcanzar su sueño e inicia así un largo proyecto que, al cabo de más de dos años, acabará llevándola a París. Sus aventuras en la casa Dior, de la mano de madame Colbert, el joven contable Fauvel y la bella modelo Natasha, y sus inopinados atisbos del gran mundo parisino la guiarán por un camino en el que no faltarán el escarnio ni el desprecio ni finalmente la amistad.


Opinión


"¿Nunca ha querido algo con tantas ganas que le entraban ganas de llorar solo de pensarlo?
¿Nunca ha perdido el sueño por algo que deseaba, ni ha temblado porque quizá nunca lo conseguiría?"

Hay libros que te llegan de forma sencilla, inesperada y te sorprenden sin más.  Este ha sido uno de ellos.  Lo curioso es que ya conocía la historia, lo que demuestra que en ocasiones las películas no hacen del todo justicia a las novelas.

Flores para la señora Harris fue adaptada hace ya tiempo y de forma no muy afortunada, para ser sinceros.  La película no deja de ser un producto más propio de la sobremesa que otra cosa, su título es Mrs Harris goes to Paris y está protagonizada por Angela Lansbury y Omar Shariff. 

Pero bueno, vamos con esta novela corta.

Desde el principio he encontrado razones para caer rendida a sus pies, tiene cosas muy inglesas, pero de una manera tan encantadora… 
El retrato que hace de la protagonista como una mujer sencilla que se ha hecho a si misma, superando obstáculos, con una mentalidad tan británica, tan influenciada por ese ambiente trabajador y protestante.  Es gracioso y conmovedor ver algunas de sus reacciones a ciertos sucesos, como cuando pierde 50 libras al apostar en una carrera de galgos. 
Es una mujer admirable, con un alto concepto de la amistad y del trabajo, de la vida y de los sueños.

Quizá cueste entender esa fascinación repentina que siente al ver un vestido en el armario de una de las casas a las que acude a trabajar.  Fascinación que la llevará a pasar tres años ahorrando de una manera increíble, a quitarse esas pequeñas cosas que no pueden ni considerarse lujos para poder conseguir algo, que ni se ha planteado dónde podrá lucir.
Ese y no otro es el quick del libro, la búsqueda del sueño y lo que este nos puede aportar.

La novela destila encanto, pero también crítica.  Hay una especie de conciencia de clase en la protagonista que no viene mal analizar.  El sacrificio de ella, el saber lo que cuestan las cosas frente a lo frívolo de las personas a las que sirve y que salta en bastantes momentos de la novela. Resulta en cierto modo increíble, lo asumido que tiene Ada su posición inferior que la lleva a tener que acatar ciertas cosas, no siendo hasta un momento,  casi al final, cuando se da cuenta de que todo tiene un límite.  

En París encontrará un grupo encantador de personas con las que se ilumina la novela de manera notable.  La casa Dior es mas que el sueño de un vestido para Ada, es la puerta a la amistad, la manera de demostrar su influencia en la vida de otras personas de un modo como pocas veces lo ha hecho, convirtiéndose en una especie de amuleto para unos secundarios adorables.  En París da y recibe porque sí, por amistad, por un sueño.

Se que a mucha gente este libro le va a parecer lento, sobre todo al principio, por como se toma su tiempo para describir a los personajes hasta en su forma de mirar o de vestir.  A otros les parecerá demasiado “bonito” o improbable.  Pero es todo esto lo que a mi me ha encantado Esa manera de conocer a Ada desde un principio, de ver paso a paso donde y cómo trabaja, lo que las personas a las que sirve son en su vida.  Luego vemos en París las vidas de los secundarios, maravillosos todos, pudiendo imaginarnos perfectamente a todos, incluso en su forma de caminar.

Sí, es un libro bonito, que te deja con una sonrisa y con un sentimiento de amistad grande, de posibilidades y de que la belleza no solo está en un vestido de Dior, sino también en todo lo que este puede significar.

Una gozada.

Estantes de papel