lunes, 24 de julio de 2017

Reseña: Serie Covenant de Jennifer L Armentrout






Titulos: Mestiza/ Puro/Deidad/ Apollyum/ Centinela
Autor: Jennifer L Armentrout
Editorial: Kiwi
Género: Paranormal juvenil

Sinopsis
*Solo la sinopsis de Mestiza, primero de la serie

Los Hematoi provienen de la unión entre dioses y mortales; y los hijos de dos Hematois de sangre pura tienen poderes divinos. En cambio, los hijos de Hematois y mortales, no. Los mestizos solo tienen dos opciones: entrenar para ser centinelas, cazando y matando Daimons, o convertirse en sirvientes en las casas de los puros. Alexandria prefiere arriesgar su vida luchando antes que limpiar retretes, aunque de todas formas, puede que termine en los barrios bajos.
Hay reglas muy estrictas que los estudiantes del Covenant deben seguir. Álex tiene problemas con todas, pero especialmente con la regla número 1:
«Las relaciones entre pura sangre y mestizos están prohibidas».
Por desgracia, Álex se siente atraída por Aiden, un pura sangre irresistible. Aunque enamorarse de Aiden no es su mayor problema; mantenerse viva hasta su graduación en el Covenant y llegar a ser centinela sí lo es. Si no cumple con su deber, se enfrentará a un futuro peor que la muerte o la esclavitud: se convertirá en un Daimon y Aiden será su cazador. Y eso, no es nada bueno.

Opinión
La verdad es que leer a Jennifer L Armentrout en paranormal es uno de mis pequeños vicios.  Sus novelas son entretenidas, amenas y con unos personajes que, pese a algunos fallos, terminan conquistándome.

La serie Covenant, no se la razón, ha tardado en formar parte de los libros leídos.  Tenía una especie de idea equivocada sobre ellos y luego estaban esos comentarios que los calificaban como una “copia de Vampire Academy”.

Es cierto que son divertimento puro y duro, con luchas, humor, amor, malos, malísimos, mártires, muertes dolorosas y héroes a los que querer. Pero también tiene cosas que te roban poco a poco el corazón.  Personajes que la autora construye con maña, como ese Apolo que siempre aparece en el momento más inoportuno y al que muchos desearían poner un cascabel, un Seth que da mucho de si en las novelas,  algunos personajes secundarios que desearías tuvieran más protagonismo como en el caso de Deacon, el hermano de Aiden. Deacon me conquistó desde el minuto uno y aunque luego sale bastante, no me fue suficiente.

La saga Covenant, que en un principio puede tener ciertos paralelismos con Vampire Academy, poco a poco se va dotando de una cierta identidad que la hace diferente.  No mejor, solo distinta. 
Aquí hay una clara lucha por la igualdad de razas, donde el amor es un arma peligrosa y que no conoce distinciones.  Es curiosa también esa idea de que cuando un Apollyon tiene todo el poder se convierte en algo peligroso, incluso puede perder la razón (¿acaso el poder no produce ese efecto en algunos?).

Dioses perezosos que han dejado de prestar atención a sus criaturas, que siembran destrucción cuando se ven amenazados, seres puros que no quieren que sus normas peligren  y que viven ansias de poder que les llevan incluso a matar inocentes y un grupo de “renegados”, que lucha contra todo esto.  Bases parecidas a estas son las que han forjado durante los últimos años las tramas de muchas novelas juveniles. Pero aquí, la autora añade un protagonista femenino fuerte que se asienta sobre uno masculino que la apoya, que no la minusvalora y que, pese a ser el prototipo fuerte, valiente y con cierto trauma detrás, no se comporta como otros muchos que tanto abundan en la literatura juvenil.  Aiden es un buen personaje, una pareja en el sentido estricto de la palabra y eso se agradece.
Alex es fuerte, protestona, indecisa, rebelde.  No sabe qué es y cuando se entera no puede creer que la mintieran durante años.  Debe distinguir entre la necesidad y el amor y aunque su corazón lo sabe, su naturaleza la confunde.  Este personaje necesitaba un contrapunto y la autora ha sido tan generosa, que la ha rodeado de varios personajes que la han enriquecido lo suficiente para que el lector la entienda más: un amor, un lazo irrompible, un amigo del alma, un tutor, enemigos…Alex sin todo esto no es nada, solo sería una niña gritona y llena de rabietas a la que el destino le ha puesto delante algo demasiado increíble.

En cuanto a los libros, diré que el que más pesado me ha resultado es el cuarto, quizá porque esperaba con ganas el desenlace.  Luego, Centinela dio demasiadas vueltas para mi gusto.  Con esta novela me pasaba que quería que avanzara y a la vez quería saber más de ellos, me daba pena que terminara.  Intuía que algo iba a pasar con cierto personaje y no me apetecía nada de nada.

Recomiendo leer las dos novelas cortas, Daimon y Elixir, aportan información que complementa la historia.  Daimon es previa a todo y Elixir va después del tercer libro.



Desde luego esta serie me ha entretenido por su visión de los dioses, su acción y todo lo que esta autora me aporta cuando la leo.  Se que con ella voy a pasar unas horas entretenidas, no voy a perderme entre problemas y recurrir a este tipo de lectura, a veces, es un descanso necesario.  
Estantes de papel