lunes, 11 de septiembre de 2017

Mini-reseñas: junio-septiembre 2017



Bueno, pues ya se ha terminado el veranito, o por lo menos, lo que es oficialmente el veranito. Se que no es así para todos, que otros comienzan ahora lo bueno, pero como en este mundo vivimos de generalidades pues digamos que aquí comienza un “curso nuevo”.
Y con el curso, espero volver a engrasar un poco todo esto que ha estado pelín disperso últimamente.

Estos meses he leído menos de lo habitual y en muchas ocasiones, no sabía qué elegir como siguiente lectura.  Me costaba mucho centrarme y picoteaba de aquí y allá.  La verdad es que me vino bien tener en mi dispositivo Kindle Unlimited, ya que mas de un libro se quedó abandonado y de mi estantería hice alguna que otra relectura.  Así  que se puede decir que han sido unos meses un tanto dispersos.

Pero vamos a lo que importa,  los libros.

-Una habitación propia de Virgina Woof.  
Con todo lo que se ha hablado últimamente de este libro creo que no hace falta ni presentación, pero bueno. Se trata de una conferencia encargada a la autora en la que plasma sus pensamientos sobre el papel de la mujer.  En ella vemos su importancia en la sociedad, en la literatura y en distintos ámbitos de la vida. Sus necesidades para desenvolverse como ser humano y aquello de lo que carece no solo entonces, si no de lo que aun nos falta.  Un libro interesante y totalmente actual.
Me gustó por la manera en la que está expresado,  con párrafos de gran belleza pero que se entienden fácil.  Sus ideas, pese a la distancia temporal, no distan mucho de las que se pueden tener ahora, lo que demuestra que no hemos avanzado tanto.

-La casa de la playa de Nora Roberts.  
Eli Landon, miembro de una respetable familia bostoniana y abogado de éxito, acaba de librarse de la acusación del asesinato de su esposa por falta de pruebas. Ahora es libre, pero las brutales y misteriosas circunstancias del crimen hacen que la sombra de la sospecha se cierna sobre él. Incapaz de volver a enfrentarse al mundo, decide instalarse en la propiedad de la costa de su abuela, deshabitada desde hace un par de meses.
Aislado de curiosos y de impertinentes, creerá que ha encontrado el lugar idóneo para descansar hasta que se topa con Abra Walsh, la joven e insistente vecina a quien su abuela le ha encargado el mantenimiento de su casa y la recuperación anímica de su nieto.

De nuevo la Roberts vino a mi rescate cuando ya no sabía qué leer y como siempre, fue un valor seguro.  Me decidí por uno de sus libros con misterio y no me equivoqué.  En esta novela, se podría decir que el romance ocupa un cincuenta por ciento mas o menos, lo demás es misterio, leyenda y ver qué sucede con un hombre que ha de limpiar su nombre.
Un lugar donde descansar, escribir y poner en claro sus ideas es lo que busca el protagonista.  Pero allí encuentra a una mujer que tiene la misión, encargada por la abuela de Eli,  de cuidarle a él ademas de la casa.  Las descripciones de los lugares, de los ambientes, personajes y sucesos, han hecho que su lectura me enganchara.
Aunque no la leí de tirón, debido a otras cosas, no tenía que volver atrás cuando la retomaba y eso es buena señal con un libro.  Me ha gustado la química que existe entre los dos personajes principales y el modo en que Roberts construye su relación.
Como siempre, me ganaron los personajes (secundarios incluidos), una narración que enganchaba y una trama bien montada.  Esta es una de sus buenas novelas.

-¡Piratas! de Laura Esparza. 
La señorita Nightingale solo tiene un deseo: ser dueña de su propio destino. Y evitar a toda costa el matrimonio. Y ver por última vez al hombre que durante años ha alentado su espíritu rebelde. Si para lograrlo debe avergonzar a su ilustre padre y participar en un arriesgado plan para liberar a un hombre a punto de ser ahorcado, valdrá la pena.
El capitán Blackhawk solo tiene un objetivo: saldar la deuda que contrajo hace años. Y recuperar el control de su vida. Y formar parte de la alianza que se ha forjado para robar el mayor cargamento de oro que haya salido jamás de la Indias. Si para conseguirlo debe secuestrar a la hija del gobernador de Jamaica, no le importará pagar el precio.
Pero en las turquesas y legendarias aguas del mar Caribe, donde los piratas reinan a bordo de navíos extraordinarios, una mujer hambrienta de aventura y un hombre sediento de libertad descubrirán que el destino les tiene reservadas muchas sorpresas. Y que, a veces, las grandes historias de amor son aquellas que dan comienzo con un sencillo: «Érase una vez…»

Este fue el libro de romántica que más disfruté este verano.  Una novela con todo lo que se puede pedir a una historia de este género: buenos personajes, humor, aventura, construcción mas que correcta, coherencia… 
Me enganchó desde las primeras páginas, al contar lo que era una historia de piratas y ya casi no pude soltarlo.
¿Puede resultar predecible en ocasiones? bueno, pero solo si has leído mucho y si lo has hecho (y te gustan las historias con aventuras), sinceramente agradeces un libro así en estos tiempos.
Destacaría unos personajes principales con los que conecté, a los que acompañé con ganas. Una protagonista deseosa de aventura a la que quizá algunos describirán como "no acorde a su época", pero que me resultó creíble, y un protagonista que aguanta mucho y que tiene sus razones.  De los secundarios no sobra ni falta nadie, no hay relleno posible, ni te quedas con la sensación de que hay personajes de pegote. Y muchos son el contrapunto de humor perfecto.

En fin que fue toda una delicia ir con los protagonistas de barco en barco, seguir sus aventuras y perderme en las aguas de lejanos mares.
Así sí.

Luego llegaron dos novelas que fueron dos pequeñas decepciones, esperaba mas de ellas.  Empezaron bien, su narrativa es buena, su ambientación también, pero hay algo que no terminó de llegarme y me da mucha rabia.  Hablo de El puerto de la luz de Jane Kelder y Soldado de invierno de Arlette Geneve.


El puerto de la luz nos lleva de Inglaterra a Canarias, una tierra dónde los británicos aun están aposentados y dónde la protagonista busca sus raíces.  La ambientación, como ya he comentado, es buena, pero el problema lo he encontrado en el ritmo que toma la segunda mitad.  Mientras tenemos una primera parte ágil e interesante, nos topamos con una segunda que pierde bastante de esa frescura, además a eso añadimos una historia de amor que para mi a resultado un tanto forzada.  Los personajes no están mal trazados, pero he tenido la sensación de que se perdían en la segunda mitad (al igual que la trama).
Realmente es una historia que me intrigaba mucho y que tiene unas posibilidades tremendas, pero no he mantenido el mismo interés de principio a fin.

Soldado de invierno  prometía una historia que, para mi, no ha sido.  Cierto que tiene pasión, amor y aventura hasta cierto punto.  Tenemos a un soldado rescatado de una muerte y llevado por una misteriosa mujer al lugar donde menos esperaba llegar.  Allí ha de aceptar un destino que nunca hubiera esperado y hacerse amigo de personas que le sorprenderán por su lealtad e historias.  Pero esto que podría haberme llegado más, no me ha llegado lo suficiente mientras leía sus páginas.  La protagonista, pese a entender sus razones, me parecía fría y él no me terminó de cuajar.  Me da pena ya que está ambientado en un periodo y lugar que me gustan bastante, pero creo que no se le ha sacado el jugo suficiente.
Como ya digo, la narración correcta, Arlette Geneve sabe como construir una historia, lástima que esta no fuera para mi.

Estas han sido algunas de mis lecturas, dejo fuera otras esperando hacer reseñas mas extensas.  Espero que las próximas entradas puedan ser mas seguidas a partir de ahora.

¡Nos leemos!

Estantes de papel