Esta novela lleva en mis estanterías bastante tiempo desde el día que la
compré por impulso, tras haber visto la adaptación de “Esposas e hijas”. Gaskell es una de mis escritoras favoritas,
pero siempre siento una especie de escalofrío y respeto al enfrentarme a cada
uno de sus libros. Una vez abierto, sin
embargo, disfruto cada linea.
Título: Los amores de Sylvia
Autor: Elizabeth Gaskell
Editorial: DeBolsillo
Sinopsis
En un pequeño pueblo portuario inglés, la joven Sylvia
Robson es requerida en amores por dos hombres de carácter antagónico: el
comerciante Philip Hepburn y el arponero Charley Kinfaid. Cierto secreto no
revelado forjará el destino de los tres protagonistas, cuyas vidas conocerán
demasiado tarde el arrepentimiento y la redención. Una historia apasionante,
ambientada en el periodo épico y miserable de las guerras napoleónicas, con la
que Elizabeth Gaskell tejió un retrato extraordinario de las costumbres y los
comportamientos de una comunidad rural.
Opinión
Cuando te sumerges en un libro de Gaskell sabes que vas, no
solo a leer una historia, sino también a conocer a sus gentes, sus vidas y
costumbres. Es una escritora capaz de
retratar hasta el más mínimo detalle con una precisión enorme.
“Los amores de Sylvia” está ambientado en un pueblo
ballenero. En 1859 la autora visitó, junto a dos de sus hijas, la población de Whitby y quizá eso le sirvió tanto en las
primeras páginas de la novela, como en algunas de las escenas de los pescadores
e incluso de las historias contadas por el padre de la protagonista.
Cuando comienza la historia, nos encontramos en 1796 e
Inglaterra está sumida en las Guerras Napoleónicas, esta situación lleva al gobierno a tomar
medidas extremas para reclutar hombres, llegando a “robarlos” de los barcos
pesqueros según llegan a puerto (patrullas de leva). Lo cierto es que es una sociedad sujeta a
todo tipo de leyes, impuestos, etc, algo que se ve muy bien reflejada en la
novela. Gaskell además, nos presenta una
historia llena de pasión, de lucha entre el bien y el mal, entre lo que es
correcto y lo que no, la razón y el corazón, la sociedad y el individuo que ansía una libertad para si. También hay una clara diferenciación entre los distintos gremios, ya sean pescadores, agricultores o comerciantes.
Un buen día aparece un joven y atractivo arponero, primo de
su mejor amiga y Sylvia se fija en él. Y
ahí es cuando todo empieza, el amor de Sylvia, los celos, la traición...
Gaskell plasma perfectamente la psicología de los tres personajes principales. Personas totalmente distintas, con virtudes y defectos. No se puede decir que uno es mejor que otro, que uno es el malo y otro el bueno. Es lo grande de esta autora, plasma las situaciones, muestra los sentimientos, los actos y las consecuencias. Muchas veces mientras leía, tenía que pararme y respirar. Primero me enfadada con Sylvia, luego leía alguna afirmación o una reacción y pensaba si yo (o cualquiera de nosotros) haría lo mismo. Si pese al tiempo pasado, las diferencias religiosas y sociales, la gente ha cambiado tanto en lo tocante a sentimientos. Sobre todo el último tercio apela a eso, a las reacciones que provocan los sentimientos, a lo que somos capaces de hacer o incluso a renunciar.
Los secundarios son muy importantes en el universo
Gaskell. Para ella un personaje es
producto de su entorno, la incultura, lo duro del día a día, las costumbres…
Todo esto, conforma un futuro para Sylvia muy alejado del destinado a la
protagonista de “Norte y Sur”. Esos padres que tanto la mimaron.
Uno, ex pescador y peleón por naturaleza, ejemplo para ella en
muchas cosas. La otra, una madre a la que adora y
cuida, pero que no es capaz que hacer que aprenda a leer. Una amiga que la envidia de una forma
cruel. Hester (apoyo incondicional de Philip), la dulzura hecha ángel de
la guarda y quizá el personaje más puro de todo el libro capaz de redimir a
todos. Una galería enorme que merece
tenerse muy en cuenta.
Cuando he cerrado el libro, he dicho adiós al sabor de la
sal del mar en mis labios, al sonido del viento, de las olas, de la gente por
las calles del pueblo, del ajetreo de los días de mercado o a la llegada de los
balleneros… Todo eso y mucho más se queda en las hojas de “Los amores de Sylvia”,
un lectura que cuando la empiezas no puedes dejar.