Título: Un millón de gotas
Autor: Víctor del Árbol
Editorial: Destino
Género: Novela contemporánea / Novela negra
Num pags: 672
Sinopsis
Gonzalo es un buen hombre. Quiere a su familia, es un
abogado laborioso, una persona sin nada que ocultar. Pero nadie puede ser tan
transparente en un mundo donde la inocencia no existe. Tras recibir la noticia
del suicidio de su hermana Laura, con la que la unía una profunda relación en
la niñez que se truncó al hacerse mayores, hasta el punto de perder por
completo el contacto, Gonzalo deberá volver a su pasado, al de su padre Elías,
que siempre ha mantenido bien guardado.
Ese viaje del abogado nos llevará de la mano desde los
tiempos de las grandes utopías en La Unión Soviética en los años 30 a la guerra
civil, los campos de concentración de Francia, la II Guerra Mundial y la
resistencia interna contra Franco. Pero Gonzalo nos llevará mucho más lejos: nos
llevará a trazar un mapa exhaustivo de la condición humana, a conocer una
historia de amor increíble, la traición, la culpa, y en fin a un mundo donde la
memoria es una invención que nunca es del todo cierta.
Opinión
Supe de esa novela a través de una magnífica reseña en el
blog Cielos de papel y Lidia, como sabe que de mi gusto por la historia del
siglo pasado, me la recomendó con ganas.
He tardado en ponerme con ella y más aun en terminarla. Es una novela dura, pero ha merecido la pena.
En el mundo de los libros están los que dan lo que desde un
principio ofrecen, los que pegan un giro a la mitad y luego, esos que te
sorprenden al principio, a un tercio, a mitad, para ya no parar de hacerlo. Un millón de gotas es de los últimos.
Un millón de gotas empieza con una muerte, una investigación
de asesinato, detectives típicos de novela negra, familias rotas, personajes
dolientes, matones de nombres impronunciables…y en el pasado, jóvenes con
ideales que creen poder cambiar el mundo.
Pero esta novela, como el mundo, no es lo que se espera.
Víctor del Árbol es detallista al escribir, minucioso,
descriptivo, sus diálogos son precisos y de palabras justas, a veces incluso
cortantes, los personajes evolucionan de manera tal que es difícil reconocer en
ellos al que leíste en las primeras páginas.
El libro nos lleva a saltos de los primeros años del siglo
XXI a sucesos acaecidos en Rusia, España y Francia entre 1930 y 1950 (purgas rusas, nazismo, campos franceses, Guerra Civil...). Años estos, tan convulsos, detallados por el autor de una manera que el lector siente cada cosa y es capaz de ver, aunque quizá no
comprender los actos del protagonista.
Unos personajes reales, que no se
ven idealizados y que vemos bajar a los infiernos de las más variadas formas. Es este descenso y su evolución, lo que me ha
gustado y dolido, su realismo y crudeza.
Quizá en otros libros, un final
salvador hubiera valido, o una visión redentora a tiempo habría hecho de algunos personajes personajes seres aceptables, pero aquí
la realidad impera y la sensación de “humanidad”, de realidad, que hay en toda la
historia es lo que me ha conquistado y paradójicamente, lo que ha hecho que más
me costara seguir con el.
Campo de Argelés |
En la novela encontramos muchos temas básicos: la familia,
el amor, la venganza, el peso de la historia.
La vida de los personajes y sus sentimientos se ven condicionados sin
que ellos lo sepan. Sus ilusiones y
sueños, tan comunes como los de cualquiera, sus personalidades pacíficas... se ven
sobresaltadas, atacadas por cosas que le son ajenas. Con todo esto, el autor ha creado unos personajes que el lector tendrá que aprender a apreciar, entender y valorar. He de ser sincera al admitir que me ha costado hacerme con algunos y ahí ha estado parte de mi problema con la historia. Una cosa era el impacto que producían en mi, que era mucho, otra que les llevara conmigo una vez cerrado el libro.
Gonzalo, un hombre de apariencia gris, ve como su vida cambia
por la muerte de su hermana y una investigación que tiene que ver más con su
vida de lo que cree. Elías en el pasado,
parte con ilusión para intentar hacer del mundo un lugar mejor sin saber que a
veces las cosas no son como uno espera y es con él con quien recorremos ese siglo XX de aristas y dolor. El
poder de la historia, de los grandes hechos y de los pequeños, sobrevuela la
novela de tal manera que teje una tela que el autor maneja con una precisión
increíble, logrando que no quede ningún cabo suelto, ningún personaje sin
sentido.
Una de las cosas que valoro enormemente es esta parte
histórica. Del Árbol nos introduce en un
periodo realmente crudo que se desconoce bastante y que, como muchos otros,
parece querer ser ocultado hasta que ya no queden testigos. Como amante de la historia como algo que debe
ser preservado sin miedo, sin interpretaciones oportunistas, para que quede como
reflejo de errores y aciertos, he valorado de una manera especial el episodio
de Názimo con toda su crudeza y dolor.
Un millón de gotas ha sido un lectura que me ha costado por muchas razones, por lo duro de algunas escenas. Con esto no quiero decir que el autor se recree en el drama o lo desagradable, no es eso. Lo que sí es cierto, es que hay hechos que son duros por si solos, no necesitan maquillaje ni fuegos artificiales que los adornen y estos son los que mas me cuestan. Una novela que destila verdad de sentimientos, de emociones, donde los personajes evolucionan de forma real (aunque sea a un lado lleno de sombras), donde el amor lanza destellos tímidos de fugaz esperanza, donde la amistad aparece de vez en cuando donde menos se la espera, donde el ser humano pude ser de todo menos humano, o quizá es demasiado humano y sobrevivir es su único fin y entonces ¿quien es capaz de juzgar a aquél que ha de decidir en entre vivir o morir?. Este tipo de novelas me cuestan, me gustan, pero me cuestan. Me emocionan, pero me cuestan. Y pese a todo, las agradezco.
"Porque eso, ahora lo entiendo, es lo que siempre fuimos. No héroes, no villanos. Solo hombres y mujeres. Y vivimos.
Bien sabe Dios que vivimos donde muchos perecieron."
Para mi ha sido una sorpresa, diferente, dura,
entretenida, de la que he aprendido y aunque no lo parezca he disfrutado. Me ha descubierto un escritor del que quiero
leer mas, pero que no negaré, me ha hecho sufrir bastante.
¿La recomiendo? Sí, pero no creo que sea para todo el mundo.