lunes, 30 de enero de 2017

Reseña: Helena de Troya de Margaret George






Título: Helena de Troya
Autor: Margaret George
Editorial: Círculo de Lectores (edición de Roca Editorial)
Num pags: 855
Género: Narrativa


Sinopsis
Ésta es la historia de Helena de Troya, la mujer más bella del mundo. Una mujer premiada y castigada por los dioses con un don tan único y virtuoso como maldito y terrible: una belleza incomparable, capaz de provocar la mejor locura de los hombres, pero también la peor cordura.
Hija de un dios, esposa de reyes, amada y odiada por todos, Helena vivirá desde pequeña y para siempre sometida a la mirada escrutadora de amigo y enemigos, sólo por ser quien es, por ser como es, por poseer el rostro que provocará una de las guerras más famosas y legendarias de la historia de la humanidad: la guerra de Troya.
De la mano y la voz de la misma Helena, en esta novela conocemos su verdadera historia; su punto de vista de la leyenda; su niñez, marcada por las funestas profecías cernidas sobre su familia, que la obligan a vivir oculta del resto del mundo; su temprano matrimonio con Menelao, tras la competencia entre cientos de pretendientes; su historia de amor y traición con Paris; el asedio de Troya; su encuentro con personajes inolvidables: Aquiles, Agamenón, Príamo, Odiseo, Héctor...
La venganza, el deseo, la ira, los celos, el amor, la muerte y la soledad plagan la vida de Helena, y Margaret George, maestra en estas lides, plasma en este fascinante libro todas las contradicciones de un personaje de leyenda.
La autora de Memorias de Cleopatra consigue acercarnos a la vida de un personaje que, en una terrible paradoja, encarna en su belleza la desdicha del monstruo: la soledad del ser sin par y único.

Opinión
 A veces el tener libros en casa que no te acordabas que estaban tiene sus cosas buenas, como en este caso.  Esta edición de Helena de Troya andaba en la estantería, ya como cuatro años, sin que aun lo hubiera abierto. Forma parte de una colección que sacó Circulo y que tiene como protagonistas a distintas mujeres a lo largo de la historia (Nefertiti, Ana Bolena, etc).  

El caso es que tras ver un documental que hablaba de la búsqueda, hace un siglo, de la “mítica” Troya se me antojó leer el libro (a veces las lecturas vienen así).  De Margaret George había leído ya Maria reina de Escocia, un libro de volumen considerable que fue realmente fascinante pero que me intimidó un poco.
De esta novela lo que me echaba un poco para atrás, como pude comprobar desde un principio, era la enorme cantidad de nombres.  Tengo una memoria pésima y no se puede decir, que lo complicado de estos ayude a quedarme con ellos.  Además, lo mío con la mitología es una historia de amor complicada y aquí, por decirlo así, se la nombra bastante.

El fallo de mi edición es que, pese a tener un bonito mapa, carece de árboles familiares o de lista de personajes, lo que habría facilitado bastante la lectura por lo menos en mi caso (en serio, os aseguro que tuve un problema serio con los nombres hasta que le pillé mas o menos el hilo, el lenguaje clásico nunca fue mi tema).

Una vez superado el escollo, me sumergí en una historia realmente fascinante que Margaret George narra desde la voz de la propia Helena desde sus años de infancia hasta sus días finales.  Gracias a esta voz conocemos como se crió junto a sus padres en Micenas, las tradiciones de los oráculos, el día que le fue predicha la profecía donde se la veía como la causa de la destrucción y muerte de reinos, el que la llevaran con la cara tapada…

La autora narra todo con una gran fluidez, haciendo que el lector se olvide del tipo de historia que está leyendo (carga mitológica, clásica, etc) y la vea como una trama de amor, aventura, traiciones, lucha y dolor que te lleva a pasar por una autentica montaña rusa de emociones.

¿Pero lo anterior significa que se pierde el tono clásico? No, desde luego.  En esta novela he aprendido mucho de mitología, de lo traicioneros que eran los dioses, de lo condicionados que estaban los ciudadanos a sus creencias.  También algo de política, de intrigas, del motivo tan mundano para odiar Troya .  Motivo que iba mucho más allá del amor entre Helena y Paris, y que tenía sus orígenes en algo tan mundano como el comercio y las ganancias.

Helena era una mujer hermosa y como muchas mujeres hermosas, fue usada como moneda de cambio, incluso ella misma creyó que el matrimonio la liberaría.  Luego, cuando vio que la cárcel era aun mas estrecha, llegó el amor en forma de hombre quince años mas joven que ella por el que decidió dejar todo atrás.
La historia, la sociedad, incluso los dioses con sus vidas escandalosas y sus hijos naturales, no perdonan algo así.

También tenemos a Paris, un hombre joven y hermoso.  Un ser que ha vivido alejado de la corte de su padre, que sabe lo que es el rechazo y que ve en Helena no solo la belleza sino una especie de refugio, solo que ninguno de los dos mide las consecuencias de sus actos.  En Paris tenemos no solo la belleza física, también esa nobleza del que no concibe maldad, pero que tiene también el peligro de no saber afrontar sus errores y es algo que vemos al final de la historia. 

Tanto los personajes principales como los secundarios están compuestos con gran precisión y el lector llega a situarse muy bien en la trama.  Esto hace que, el momento en que la autora entra en los últimos días de Troya y la manera en que narra la desesperación de la familia de Paris, la desolación de Helena y su sentimiento de no pertenecer a nada ni a nadie, su regreso a Esparta viendo el trabajo de los años pasados, resulte maravilloso y conmovedor.

Quizá la parte de la batalla sea lo que más me ha costado leer, no se si porque se adivinaba ya el final desolador o porqué, pero se me ha hecho bastante pesada.  Pese a esto es una novela que recomiendo totalmente.

Margaret George ha conseguido borrar de mi mente las imágenes que Hollywood había instalado con sus películas y eso se lo agradezco enormemente.  Gracias a ella ahora Paris y Helena tienen la imagen que mi cabeza quiera ponerlas y Troya, Esparta, Micenas, los oráculos y dioses, forman parte de mi universo personal.  Un auténtico regalo.

Estantes de papel