Titulos: Mestiza/ Puro/Deidad/ Apollyum/ Centinela
Autor: Jennifer L Armentrout
Editorial: Kiwi
Género: Paranormal juvenil
Sinopsis
*Solo la sinopsis de Mestiza, primero de la serie
Los Hematoi provienen de la unión entre dioses y mortales; y
los hijos de dos Hematois de sangre pura tienen poderes divinos. En cambio, los
hijos de Hematois y mortales, no. Los mestizos solo tienen dos opciones:
entrenar para ser centinelas, cazando y matando Daimons, o convertirse en
sirvientes en las casas de los puros. Alexandria prefiere arriesgar su vida
luchando antes que limpiar retretes, aunque de todas formas, puede que termine
en los barrios bajos.
Hay reglas muy estrictas que los estudiantes del Covenant deben
seguir. Álex tiene problemas con todas, pero especialmente con la regla número
1:
«Las relaciones entre pura sangre y mestizos están
prohibidas».
Por desgracia, Álex se siente atraída por Aiden, un pura
sangre irresistible. Aunque enamorarse de Aiden no es su mayor problema;
mantenerse viva hasta su graduación en el Covenant y llegar a ser centinela sí
lo es. Si no cumple con su deber, se enfrentará a un futuro peor que la muerte
o la esclavitud: se convertirá en un Daimon y Aiden será su cazador. Y eso, no
es nada bueno.
Opinión
La verdad es que leer a Jennifer L Armentrout en paranormal
es uno de mis pequeños vicios. Sus
novelas son entretenidas, amenas y con unos personajes que, pese a algunos
fallos, terminan conquistándome.
La serie Covenant, no se la razón, ha tardado en formar
parte de los libros leídos. Tenía una
especie de idea equivocada sobre ellos y luego estaban esos comentarios que los calificaban como una “copia de Vampire Academy”.
Es cierto que son divertimento puro y duro, con luchas,
humor, amor, malos, malísimos, mártires, muertes dolorosas y héroes a los que querer.
Pero también tiene cosas que te roban poco a poco el corazón. Personajes que la autora construye con maña,
como ese Apolo que siempre aparece en el momento más inoportuno y al que muchos
desearían poner un cascabel, un Seth que da mucho de si en las novelas, algunos personajes secundarios que desearías
tuvieran más protagonismo como en el caso de Deacon, el hermano de Aiden. Deacon me conquistó desde el minuto uno y aunque luego sale bastante, no me fue suficiente.
La saga Covenant, que en un principio puede tener ciertos
paralelismos con Vampire Academy, poco a poco se va dotando de una cierta
identidad que la hace diferente. No
mejor, solo distinta.
Aquí hay una clara lucha por la igualdad de razas, donde el
amor es un arma peligrosa y que no conoce distinciones. Es curiosa también esa idea de que cuando un
Apollyon tiene todo el poder se convierte en algo peligroso, incluso puede perder
la razón (¿acaso el poder no produce ese efecto en algunos?).
Dioses perezosos que han dejado de prestar atención a sus
criaturas, que siembran destrucción cuando se ven amenazados, seres puros que
no quieren que sus normas peligren y que
viven ansias de poder que les llevan incluso a matar inocentes y un grupo de “renegados”, que lucha contra todo esto. Bases
parecidas a estas son las que han forjado durante los últimos años las tramas
de muchas novelas juveniles. Pero aquí, la autora añade un protagonista femenino
fuerte que se asienta sobre uno masculino que la apoya, que no la minusvalora y
que, pese a ser el prototipo fuerte, valiente y con cierto trauma detrás, no se
comporta como otros muchos que tanto abundan en la literatura juvenil. Aiden es un buen personaje, una pareja en el
sentido estricto de la palabra y eso se agradece.
Alex es fuerte, protestona, indecisa, rebelde. No sabe qué es y cuando se entera no puede
creer que la mintieran durante años.
Debe distinguir entre la necesidad y el amor y aunque su corazón lo
sabe, su naturaleza la confunde. Este
personaje necesitaba un contrapunto y la autora ha sido tan generosa, que la ha
rodeado de varios personajes que la han enriquecido lo suficiente para que el
lector la entienda más: un amor, un lazo irrompible, un amigo del alma, un
tutor, enemigos…Alex sin todo esto no es nada, solo sería una niña gritona y
llena de rabietas a la que el destino le ha puesto delante algo demasiado
increíble.
En cuanto a los libros, diré que el que más pesado me ha
resultado es el cuarto, quizá porque esperaba con ganas el desenlace. Luego, Centinela dio demasiadas vueltas para
mi gusto. Con esta novela me pasaba que
quería que avanzara y a la vez quería saber más de ellos, me daba pena que
terminara. Intuía que algo iba a pasar
con cierto personaje y no me apetecía nada de nada.
Recomiendo leer las dos novelas cortas, Daimon y Elixir,
aportan información que complementa la historia. Daimon es previa a todo y Elixir va después
del tercer libro.
Desde luego esta serie me ha entretenido por su visión de
los dioses, su acción y todo lo que esta autora me aporta cuando la leo. Se que con ella voy a pasar unas horas
entretenidas, no voy a perderme entre problemas y recurrir a este tipo de
lectura, a veces, es un descanso necesario.