Título: El cuento de la criada
Autor: Margaret Atwood
Editorial: Salamandra
Género: Ciencia Ficción- Distopía
Sinopsis
Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos
políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la
libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y
oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad
a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la
que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza
latente en el mundo de hoy.
En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para
procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura
puritana que domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a
regañadientes, no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución
pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de
los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más
ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria,
incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico
parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el
pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.
Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el
empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a
sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento
transgresor: son tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato
desgarrador, aderezado con el sutil sarcasmo que constituye la seña de
identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el paso del
tiempo, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la potencia de su
prosa.
Opinión
Comenzaré hablando de las sinopsis, la de arriba es la
proporcionada por la editorial Salamandra, la que pongo a continuación es la
que vemos en Goodreads perteneciente a la edición de Bruguera de 2008.
El cuento de la
criada, una de las novelas más célebres y prestigiosas de Margaret Atwood,
constituye una mirada futurista a una sociedad totalitaria. Una mirada terrible
y lúcida que denuncia la barbarie que pueden llegar a alcanzar los puritanismos
extremos de toda índole y las ansias de dominio sobre los seres humanos
privados del ejercicio del derecho a la libertad. En el estado de Gilead, donde
tras una hecatombe nuclear, la población ha visto disminuida su capacidad de
reproducción, las Criadas, vestidas con hábitos rojos de la cabeza a los pies,
con el rostro cubierto por un velo transparente y enmarcado por una toca
blanca, desempeñan una función esencial: concebir y dar a luz a futuros
ciudadanos. Destinadas a esta empresa suprema, viven enclaustradas y reducidas
a ser un cuerpo con una única misión: reproducirse.
En la comparativa de estas dos sinopsis me saltan a la vista sus diferencias. Y sinceramente, me quedo con la de Bruguera, quizá por su tendencia a hablar de seres humanos en general, de no nombra las razones que llevaron a todo lo que se narra, de no diferenciar entre hombres y mujeres... No se, hace la aventura mas interesante e inesperada. Desde luego el mundo de las sinopsis es digno de estudio y su evolución a lo largo de los años, mas. En fin, a lo que vamos.
Lo cierto es que a estas alturas, hablar de la novela y pretender hacer una reseña minimamente
original ni se me pasa por la cabeza, así que simplemente diré lo que ha
supuesto para mi su lectura.
Leí El cuento de la
criada azuzada un poco por la noticia de la aparición de la serie, ya que
debido a su presencia continua no tenía especiales ganas (¿habéis hecho un recuento de cuantos blogs, videos, artículos, etc han hablado en los últimos meses de ella? y me refiero solo a la novela). A veces me pasa, cuando una novela está en
todos sitios y además la ponen como el no va más del feminismo, me cansa.
Lo cierto es que me ha encantado. Hacía tiempo que no leía Ciencia Ficción y
su lectura me ha acercado a ese sentimiento maravilloso que tuve con El juego
de Ender y El maestro cantor. Lo he
disfrutado entero. Me ha recordado a
estas historias por su planteamiento de una sociedad enferma, manipuladora, que pervierte
y destroza al ser humano hasta la esencia misma. Y eso, las buenas novelas del género lo
dominan.
"Como el resto de las cosas, el pensamiento tiene que estar racionado. Hay muchos que no soportan pensar. Pensar puede perjudicar tus posibilidades, y yo tengo la intención de resistir. Sé por qué el cuadro de los lirios azules no tiene cristal, y por qué la ventana sólo se abre parcialmente, y por qué el cristal de la ventana es inastillable. Lo que temen no es que nos escapemos —al fin y al cabo no llegaríamos muy lejos— sino esas otras salidas, las que puedes abrir en tu interior si tienes una mente aguda."
Sí, es una novela de Ciencia Ficción, una distopia, pero es
una historia llevadera (pese a lo duro y difícil de algunas escenas). Me refiero, a que para aquellos a los que no les
gusten los experimentos, teorías, otros mundos, etc, es una buena manera de
entrar en el género.
No se si calificaría a la novela de feminista exclusivamente. Claro que vemos como el Régimen de Gilead
denigra a a la mujer, el punto de vista es el de una mujer. Una mujer tratada como mera fuente de vida,
nada mas. Los pocos hombres aparecen son
en su mayoría poderosos, los demás o han sido torturados, asesinados o
pertenecen a clases inferiores.
"Él vive aquí, en la casa, encima del garaje. Pertenece a una clase social baja; no le han asignado una mujer, ni siquiera una. No reúne las condiciones: algún defecto, o falta de contactos."
Pero esencialmente, para mi, lo que la autora refleja en la novela es el terror de los
regímenes teocráticos, pero no solo de estos, sino también de las peores
dictaduras. Y por desgracia, en todos ellos las mujeres suelen salir peor paradas, ya sea en pérdida de derechos o incluso físicamente (incluyendo vejaciones) En serio ¿alguien cree que
todo esto es irrealizable? Quizá las escenas más “pintorescas” de la novela sí,
pero no la esencia que hay bajo estas.
"Mi desnudez me resulta extraña. Mi cuerpo parece anticuado. ¿De verdad me ponía bañador para ir a la playa? Lo hacia, sin reparar en ello, entre los hombres, sin importarme que mis piernas, mis brazos, mis muslos y mi espalda quedaran al descubierto y alguien los viera. Vergonzoso, impúdico. Evito mirar mi cuerpo, no tanto porque sea algo vergonzoso o impúdico, sino porque no quiero verlo. No quiero mirar algo que me determina tan absolutamente."
El personaje principal es humano, creíble, con sus dudas,
miedos, pensamientos burlescos, cómicos, su sentido de auto-conservación y ansias
de libertad. Gracias a sus recuerdos
vamos viendo, e intentado comprender, cómo se llegó a todo aquello, cómo unos
pocos (hombres y mujeres) se creyeron con el poder y el derecho de quitar las
libertades y dominar a los demás, de poseer sus vidas y sus destinos. Vemos
como sus mensajes, sus arengas, su oportunismo, todo eso, va calando poco a poco
en una sociedad a la que quitan la libertad de prensa, de pensamiento, la humanidad. Se impone el pensamiento único, el Dios único, se inhibe la persona,
la individualidad, el sexo, el sentimiento.
Y como en todas los regímenes solo ansían una cosa, que pronto llega esa
otra generación que no recuerde nada de lo anterior para que no haga preguntas, que no pueda comparar, que no sepa que antes hubo otra cosa y que solo las historias, los comentarios, los rumores y todo lo parcial sea lo que les guíe.
"Era difícil de creer. El gobierno entero desaparecido de ese modo. ¿Cómo lo lograron, cómo ocurrió?Fue entonces cuando suspendieron la Constitución. Dijeron que sería algo transitorio. Ni siquiera había disturbios callejeros. Por la noche la gente se quedaba en su casa mirando la televisión y esperando instrucciones. Ni siquiera existía un enemigo al cual denunciar.Ten cuidado, me advirtió Moira por teléfono. Se acerca.¿Qué es lo que se acerca?, le pregunté.Espera y verás, repuso. Lo tienen todo montado. Tú y yo terminaremos en el paredón, querida. Estaba citando una frase típica de mi madre, pero no pretendía resultar graciosa."
Por todo lo anterior, El cuento de la criada va
mucho mas allá de una novela feminista. Es una
novela que plantea una situación vivida ya anteriormente y de la que si no
aprendemos, si olvidamos, podemos volver a ser testigos o víctimas. Quizá ese sea el poder de la literatura, esa capacidad de ponernos delante situaciones, de hacernos reflexionar y si somos capaces, de examinar y ver que dentro de la ficción hay mucha mas realidad de lo que parece.
Desde luego una gran historia, narrada de manera ágil e impecable, con unos secundarios que abarcan un amplio abanico para que el lector tenga pinceladas de lo que pasa y por supuesto, un apéndice final que para mi fue lo que dio un sentido total a la novela y me confirmó lo grande de todo lo leído antes.
Ahora a ver la serie.
Desde luego una gran historia, narrada de manera ágil e impecable, con unos secundarios que abarcan un amplio abanico para que el lector tenga pinceladas de lo que pasa y por supuesto, un apéndice final que para mi fue lo que dio un sentido total a la novela y me confirmó lo grande de todo lo leído antes.
Ahora a ver la serie.