lunes, 30 de octubre de 2017

Reseña: La parte escondida del iceberg y Una tienda en París de Màxim Huerta






Título: La parte escondida del iceberg / Una tienda en París
Autor: Màxim Huerta
Editorial: Espasa/Martinez Roca (Planeta)
Género:Narrativa-autobiografía/Novela contemporánea-romántica

-La parte escondida del iceberg
«Te doy todo este libro para que aparezcas», dice el protagonista. Se ha escapado, mantiene una relación con el pasado, pero el pasado ya no está. La parte escondida del iceberg es la reconstrucción amorosa de un ser excepcional. Un escritor perdido en París; la ciudad le pesa, solo la necesita para encontrar los recuerdos, como migas de pan, de aquello que fue. Para eso debe atravesar un invierno de recuerdos. Se adentra en un territorio desconocido, devastado además por una tormenta emocional, una ruptura que arrasó su paisaje interior hasta hacerlo irreconocible.
Un inventario de mentiras que le contaron y de las verdades que no quiso aceptar. Este es un libro sobre la vida, a medio camino entre el recuerdo y la superación del dolor; habla de las risas, de las amistades, de la noche, los días… y de ese lado vacío de la cama que se queda para siempre ocupado de recuerdos. Un libro que nos revelará muchas cosas de nosotros mismos.
-Una tienda en París
¿Alguna vez has pensado empezar de cero en otra ciudad? Fue entonces cuando todo cambió. Justo al acercarme a aquel viejo cartel de madera escrito en francés que vendían en un anticuario improvisado de Madrid. Aux tissus des Vosges, Alice HUMBERT, nouveautés.
Entré sin decir nada. Tenía la mirada perdida del que logra lo que quiere. En pocos segundos presentí un vuelco y una irreprimible necesidad de cambiar de vida. Traducido quería decir: tejidos de los Vosgos, Alice Humbert, novedades. Significaba más, mucho más...
Màxim Huerta nos transporta al París de los felices años veinte de la mano de dos mujeres maravillosas, irresistibles y arrebatadoras. Una novela conmovedora, sensible y terriblemente sentimental que te hará soñar. Sin duda alguna, el libro más romántico del año

De Màxim Huerta sabía, en un principio, lo que muchos.  Tenía su imagen de la tele, primero una mas difusa de los informativos, luego una mas actual del programa que co-presentaba.  Supongo que esta segunda, mas frívola (aunque siempre me pareció el punto mas serio del programa) es lo que hizo que tardara bastante en animarme a leer algo de lo que escribía. Comencé por sus columnas y artículos y me gustó su cercanía, su ironía, ese humor a veces tan cercano al mío y una gran capacidad para plasmar imágenes consiguiendo que se nos dibujen en la mente con todos los detalles.
No se si he comenzado por su mejor historia,  una vez leída Una tienda en París en segundo lugar me temo que no.  La cosa es que tras leer La parte escondida, decidí probar y ver cómo es la escritura del autor moviéndose solo en el terreno de la ficción.  De este libro, me habían gustado muchas cosas y quería ver si perdía algunas, si ganaban otras o qué pasaba.

La parte escondida del iceberg es una novela que narra, con la excusa de un amor que duele, bastantes partes de su vida desde los sentimientos, los sentidos y las emociones. Me ha resultado muy curioso, será por la cercanía de la edad, la cantidad de lugares comunes compartidos.  La sensación que producen las abuelas, el sentimiento que produce la infancia, ciertas inseguridades… el autor refleja muy bien todo eso.  Se puede decir que su relato a veces es muy "de piel", muy “táctil”, no se como expresarlo mejor, espero que me entendáis.  No solo en cómo se siente la ausencia de la pareja, o el relato de los momentos compartidos.  Son los días en familia, los días buenos, los momentos malos, las decepciones...
Pero también, me he encontrado en su narración cosas que me han ralentizado, que no me han gustado (y que no me gustan en general que se haga), la repetición de frases para dar intensidad en mi no lo consigue, mas bien logra el efecto contrario.  Luego tenemos la continua referencia a París era una fiesta y novelas que hablan de la ciudad como París no se acaba nunca.  Sé que si hubiera leído una tienda en París en primer lugar todo esto tendría sentido (error mío), pero sigo pensando que habla de ellas demasiado.
Algunos lectores dicen sentir que el autor les ha “hurtado” algunas cosas, que no ha contado todo, que habla poco de unas y sí mucho de otras.  Bueno, supongo que al ser su vida, sus sentimientos está en su derecho de contar lo que quiera y cómo quiera.  Con lo que me quedo es con ese sentimiento de comienzo, de que la misma cuidad es distinta cada vez (tu Paris, mi Paris, el Paris de los recuerdos).  Espero algún día ver el mio.

Por todo eso y mucho mas quería ver qué pasaba con el Màxim "contador" de historias y me aventuré con Una tienda…Además habla de los años veinte en París, de Montparnasse y de personas que poblaron esas calles e hicieron de aquél lugar algo mítico.

Una tienda en París me envolvió y me tuvo durante dos tardes inmersa en sus páginas.  Su narración (con algunos de los “vicios” que no me gustan, pero menos), sus personajes (aunque un tanto prototipos, sobre todo la protagonista actual) , una historia que llega al corazón, descripciones detallistas de ambientes, ropa, olores, cuadros, tinturas… Todo hizo que la novela, que no es perfecta ya que tiene algún que otro cliché, me llegara e hiciera que pasara esas dos tardes encantada.
A la protagonista, no actual, de Una tienda en París le pasó lo que al propio barrio de Montparnasse, surgió, lució y luego… bueno, luego ya se verá lo que pasó.  No estoy yo aquí para reventar nada.  Pero me gustó leer sobre pintores, fotógrafos, escultores... sobre Kiki de Montparnasse que fue inmensamente famosa en aquellos años, sobre una sociedad que se creyó y sintió libre y sobre dos mujeres, que pese a estar separadas por muchos años buscan lo mismo, la luz en sus vidas.

¿Predecible? Quizá lo sea, pero no siempre. ¿Amable? también. ¿Sencilla? otro tanto.  No creo que pretendiera ser la gran novela, pero está escrita de una manera dulce, ese tipo de dulzura que a veces esconde espinas por lo que cuenta y eso me gusta.  No son vidas sencillas, la calma de la vida a veces esconde cosas de las que hay que escapar para ser feliz.  Y a veces buscar tu felicidad esconde dolor.

La parte escondida del iceberg y Una tienda en Paris son dos libros distintos, quizá prefiero en este caso al Màxim que cuenta ficción, pero recomiendo ambos.

Por último quería recomendaros un documental que vi hace tiempo y que nos retrata esos años veinte de París, si lo veis espero que os guste.


Estantes de papel