lunes, 13 de noviembre de 2017

Reseña: La librería de Penelope Fitzgerald






Título: La librería
Autor: Penelope Fitzgerald
Editorial: Impedimenta
Género: Clásico/ novela costumbrista

Sinopsis
Florence Green vive en un minúsculo pueblo costero de Suffolk que en 1959 está literalmente apartado del mundo, y que se caracteriza justamente por «lo que no tiene». Florence decide abrir una pequeña librería, que será la primera del pueblo. Adquiere así un edificio que lleva años abandonado, comido por la humedad y que incluso tiene su propio y caprichoso poltergeist. Pero pronto se topará con la resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo que, de un modo cortés pero implacable, empezarán a acorralarla. Florence se verá obligada entonces a contratar como ayudante a una niña de diez años, de hecho la única que no sueña con sabotear su negocio. Cuando alguien le sugiere que ponga a la venta la polémica edición de Olympia Press de Lolita de Nabokov, se desencadena en el pueblo un terremoto sutil pero devastador.
Novela finalista del Booker Prize, La librería es una delicada aventura tragicómica, una obra maestra de la entomología librera.

De esta novela supe cuando escuché que Isabel Coixet ganaba el Premio a la mejor adaptación en la Feria del libro de Frankfort y después, vi que la presentaba en La Semincci  de Valladolid. 
Así que se juntaban varias cosas para leerla, por una parte una novela que habla de librerías, cuya autora ganó el premio Booker en 1979 (además fue nominada por esta) y que una de mis directoras favoritas la hubiera adaptado.

La librería es una de esas historias pequeñas en las que en apariencia no pasa nada, pero que sí pasa y acaba siendo un reflejo crítico de un pequeño pueblo.

“En Hardborough, en 1959, uno no podía tomarse una ración de Fish and Chips, ni había tintorería, ni siquiera cine, excepto un sábado por la noche de cada dos. En cierto modo, se sentía la necesidad de todas estas cosas, pero a nadie se le había ocurrido —y desde luego, nadie pensó que a la señora Green se le hubiera ocurrido tampoco— abrir una librería en el pueblo.”

Parece mentira que algo tan inocente como la idea de abrir una librería pudiera desencadenar lo que nos cuenta la historia.

Florence es un personaje un tanto naif y testarudo, con una idea clara y que pese a las dudas lógicas, quiera cumplir su sueño de abrir su librería. Había trabajado en una mas grande en Londres y conocía mas o menos el  manejo, salvo la parte económica, así que pensaba que llevar a ese pequeño pueblo un tesoro así sería bien recibido.  Pero algunos no pensaban igual.

“—¿Está usted hablando de cultura? —dijo el director, con una voz a medio camino entre la pena y el respeto.
—La cultura es para aficionados. No puedo permitirme llevar una tienda que tenga pérdidas. ¡Shakespeare era un profesional!”

La búsqueda adecuada de lugar, la casa elegida, la ayuda necesitada, los prejuicios, los problemas de abastecimiento y comunicaciones… Todo esto lo vemos en La librería, junto con la eterna lucha de clases y poder.
Cualquier excusa era buena para echar atrás la pequeña tienda de Forence, incluso la llegada de Lolita de Navokov, con su polémica, sus colas, el trastorno que ocasiona. Me ha encantado la parte referente a la llegada de la novela, la reacción de la gente.  

Mientras la leía no podía evitar acordarme de Chocolat (salvando las distancias, claro). No es que sean iguales, pero tienen similitudes.  Una ciudad pequeña, algo inocente rompe la armonía, una mujer es la responsable y una clase con ideas mas o menos tradicionales no lo acepta.  Pero la diferencia es que La librería es muy british, tanto en su narración, como en su humor, su crítica y su ritmo.  Y se diferencian también en la protagonista, algo muy importante, Florence no tiene la vitalidad de Vianne.

"Resumiendo, se había engañado a sí misma al dejarse convencer, por un momento, de que los seres humanos no se dividen en exterminadores y exterminados, y que los exterminadores tienden a colocarse en la situación dominante en cuanto pueden."

Muchos lectores decían que no pasaba nada, que se aburrían porque leían y no avanzaban.  Es cierto que no es una novela de acción, pero su mismo planteamiento lo dice.  Aquí lo que tenemos es mala baba,  de esa que espera su tiempo para ver qué pasa y eso es lo interesante.  Mientras tanto, disfrutamos de los personajes, de sus características.  
De una protagonista luchadora, de una niña/ayudante mas lista que el hambre, de un guía/maestro del que poco se sabe y que conquista poco a poco, del banquero que no puede dejar de ser banquero aunque le guste leer, de la dama del pueblo y su círculo que ven como peligra lo que ellos desean y planean (y que en sí mismo es un grupo un tanto variopinto con su arpía y su pusilánime) y por supuesto, de ese supuesto "poltergeist" que vive en la librería y que da la lata cuando menos lo esperas.   Todo esto va con calma pero sin pausa y eso merece la pena disfrutarse.

Estoy deseando ver cómo Coixet adapta la historia, ver cómo refleja los lugares tan bien descritos por la autora, cómo ha “vestido” a eso personajes tan especiales y que ritmo imprime una novela que me dejo un sabor agridulce en los labios.

Desde luego os la recomiendo como lectura tranquila y con encanto.  Por mi parte, espero leer pronto otra de sus novelas que me ha llamado la atención, La puerta de los ángeles.


Aquí os dejo el trailer de la peli.


Estantes de papel