Precuela: Bitter Sweet Love
Autor: Jennifer L. Armentrout
Editorial: Harlequin Teen
Idioma: Inglés
Género: Young Adult paranormal
*Proximamente en español por Plataforma Neo
Sinopsis
Layla, una adolescente de diecisiete años, solo quiere ser
normal –encajar en el Instituto, tener una cita con el maravilloso Zayne, de
quien lleva enamorada desde siempre. El
problema es que Zayne la trata como a una hermana- pero Layla es cualquier cosa
menos normal. Es mitad demonio, mitad
gárgola, con habilidades que nadie posee.
Y a pesar de que Zayne es un guardian,
forma parte de la raza de gárgolas que cazan demonios para proteger a la
humanidad. Además un beso de Layla puede
arrebatar el alma de cualquiera incluida la de Zayne.
Pero entonces conoce a Roth, un demonio tatuado y peligroso
que dice conocer todos los secretos de Layla y aunque ella sabe que ha de
permanecer lejos de él no lo consigue.
Además con Roth no existe el problema del alma.
Opinión
Está trilogía la leí según fueron saliendo los libros
mas o menos, ya que la forma de escribir
de la autora me picó bastante. Leer a Armentrot es como un pasatiempo, como una película en el cine una tarde de domingo con palomitas y gominolas. Es de esas autoras que tienen esa facilidad pasmosa para hacer que te pierdas en sus páginas a los dos segundos de empezar.
Cuando leí de qué iba la historia que quedé sin saber qué me encontraría ya que de primeras el tema gárgolas me chocó un poco. No podía
evitar tener en la cabeza la imagen de la película de Disney mezclada con esas
caras pelín monstruosas de los edificios antiguos. ¿Qué podrían tener esos “bichos” de
atrayentes? No conté con la imaginación de Armentrout, mal hecho
por mi parte.
La autora nos presenta una historia en la barrera entre el
Young Adult y el New Adult, donde las gárgolas, mitad humanos mitad monstruos,
son guardianes del mundo que conocemos.
Existe un precario equilibrio entre ellos y los demonios, a quienes no se puede decir que tengan
especial afecto. Se dividen en grupos o
clanes y en uno de esos clanes vive Layla, quien llegó allí de pequeña teniendo
en su sangre un secreto que haría daño a mucha gente a la que quiere y a ella
misma. Secreto que se irá viendo a lo
largo de los libros. Solo sabemos que es
mitad gárgola mitad demonio.
Layla ha vivido una vida protegida por el clan, sin salir de
su casa, sin conocer a otros. Esto es
tanto por protegerla del exterior, como por proteger al exterior de ella, sus
dones pueden hacer daño a otros, algo que su dulce corazón y la naturaleza
guardiana de las gárgolas nunca permitiría. A todo esto también hay que sumas sus sentimientos por Zayne, el
único que la ha tratado como un ser normal y que ha estado con ella desde
siempre, pero que por ahora no la ve como una chica de 16 años sino como una
niña, algo que ella se ha propuesto solucionar.
Solo cuando aparece Roth las cosas se hacen más claras en
la mente de Layla. Roth la hace dudar de las verdaderas intenciones del clan al mantenerla con ellos, debido a la utilidad de algunas capacidades de la joven (¿la quieren a su lado por afecto o por interés?). Ahora, al ver que su vida
está en peligro debido a lo que es y lo que su cuerpo puede hacer, todos comienzan a cambiar con respecto a ella. Pocos ya confían en que
sus poderes no sean dañinos para las gárgolas, que ella no sea quien les está haciendo daño como asegura. Según avanzamos en la lectura, vamos
viendo cómo evoluciona la situación de Layla dentro de su “familia” y cómo su
propio cuerpo cambia hacia lo que realmente es.
Los tres personajes principales son bastante habituales en
las novelas de la autora, adolescentes con algunas peculiaridades, que han de
luchar para salvar al mundo. Me gusta
como refleja la relación de Layla con sus compañeros de Instituto, las conversaciones
con su mejor amiga, la normalidad que estas aportan a la novela. La relación de Roth con su amigo Caymen, dos demonios que dan el toque irónico a la trilogía, algo que siempre me ha gustado de las narraciones de la autora (un demonio sin ironía no es lo mismo).
Una vez mas, ha usado esa capacidad que tiene para que en sus novelas exista esa, mezcla de realidad y fantasía, la aparición de personajes que forman parte de la mitología y la religión, e incluso, la incursión de estos en la vida cotidiana sin que choque para nada
Una vez mas, ha usado esa capacidad que tiene para que en sus novelas exista esa, mezcla de realidad y fantasía, la aparición de personajes que forman parte de la mitología y la religión, e incluso, la incursión de estos en la vida cotidiana sin que choque para nada
En cuanto a los personajes principales, dos quedan claramente
por encima de uno de ellos. Y lo peor es lo rápido que se adivina el desenlace
amoroso. Este quizá es uno de los
mayores fallos de una trilogía que, por otra parte, sabe mantener bien el ritmo
en el tema de lucha de buenos y malos.
No quiero ahondar mucho en este tema para no destripar la trama. Solo diré que Layla en ocasiones me
exasperaba con sus sentimientos, pero lo compensaba con algunas decisiones en
momentos clave. Los personajes masculinos
son opuestos entre si y hechos para gustar, cosa que consiguen.
Algo que sí he disfrutado, ha sido el tratamiento que hace del tema ángeles caídos, gárgolas, demonios, etc. El personaje de Lilith, la primera expulsada del Paraíso y todo lo mítico que arrancó después, es muy interesante. De ese mito han salido vampiros, criaturas demoniacas, o el Lilin de este libro, ese ser que absorbe el alma hasta no dejar nada y que también apareció dentro del universo Marvel. Nos encontramos también con “El Jefe”, o el demonio, y otra suerte de seres bastante interesantes. Uno de los puntos más llamativos son los continuos guiños a la serie Sobrenatural, algo que queda muy simpático (si saber interpretarlo) y le da un punto a las novelas realmente divertido.
Dark Elements no es el mejor trabajo de la autora, pero
merece mucho la pena, proporciona horas de entretenimiento. Además, ahora que la va a traer Plataforma Neo es
una muy buena oportunidad para disfrutar de ella.